Y después de hincharme a llorar pasemos a otras cosas...
... ¿por qué me gustan los cerezos? Desde pequeño también me encantan las flores. El olor, el color, su delicadeza, el cómo puede llegar a aparecer algo así de los vegetales,... Y los cerezos además producen una de las frutas que más me gustan... Y están profusamente llenos de flores cuando florecen, y lo hacen anunciando que santa primavera ya está aquí. Me embriaga la primavera -pero eso para otra entrada-.
Además España, que tanto me gusta, es tierra de cerezos, por ahora... Y luego está Japón, y ya os contaré de Japón... Pero los cerezos son únicos. En el Jerte, el del parque Maruyama o en el Jardín de mi madre. Esos cinco pétalos que se abren a millones para indicarnos que la vida que creíamos que se había ido, ha vuelto -soy un poco cursi, se me pegó algo en Francia que también me encanta-. Todos esos árboles al unisono con la misma nota... Todo como aviso: la vida pasa, ¡¡¡rápido!!! sal y vívela.
Y después de todo una imagen vale más que mil palabras, ¿...o no?
... ¿por qué me gustan los cerezos? Desde pequeño también me encantan las flores. El olor, el color, su delicadeza, el cómo puede llegar a aparecer algo así de los vegetales,... Y los cerezos además producen una de las frutas que más me gustan... Y están profusamente llenos de flores cuando florecen, y lo hacen anunciando que santa primavera ya está aquí. Me embriaga la primavera -pero eso para otra entrada-.
Además España, que tanto me gusta, es tierra de cerezos, por ahora... Y luego está Japón, y ya os contaré de Japón... Pero los cerezos son únicos. En el Jerte, el del parque Maruyama o en el Jardín de mi madre. Esos cinco pétalos que se abren a millones para indicarnos que la vida que creíamos que se había ido, ha vuelto -soy un poco cursi, se me pegó algo en Francia que también me encanta-. Todos esos árboles al unisono con la misma nota... Todo como aviso: la vida pasa, ¡¡¡rápido!!! sal y vívela.
Y después de todo una imagen vale más que mil palabras, ¿...o no?